lunes, 21 de noviembre de 2011

Lobo mexicano regresa a su reino; sólo hay 100 ejemplares

NOTICIA-NACIONAL/ALTAR AL DIA

CIUDAD DE MÉXICO.- Más de 41 años después de su extinción en el medio silvestre, el lobo mexicano vuelve a aullar en los bosques templados de nuestro país.

El pasado 19 de octubre, cinco ejemplares fueron reintroducidos a su hábitat en la Sierra de San Luis, en el estado de Sonora, luego de que en los años 50 una campaña de México y Estados Unidos casi los extermina en aras de proteger al ganado.

La cruzada de erradicación del lobo mexicano se hizo con trampas y armas, pero principalmente con un veneno conocido como 1080, sumamente letal e imperceptible para los carnívoros, porque no tiene color, olor, ni sabor.

“Empezó a haber problemas porque los ranchos desplazaron a las presas naturales de los lobos; los lobos después de cierto tiempo no encontraban otros animales qué cazar en el campo que no fueran cabezas de ganado, entonces se originó el conflicto que desató una verdadera persecución en su contra”, relató Óscar Moctezuma, director general de Naturalia.

Históricamente, el lobo mexicano se distribuía desde Arizona y Nuevo México, pasando por Sonora, Chihuahua y Coahuila, extendiéndose hacia al sur, a través de la Sierra Madre Occidental, a los estados de Durango, Zacatecas, San Luis Potosí y el Altiplano mexicano hasta llegar a Oaxaca.

En los años 70, solamente quedaban cinco ejemplares en el medio silvestre que fueron capturados en Durango y algunos otros que permanecían en zoológicos, como el de San Juan de Aragón.

De acuerdo con la Norma Mexicana 059, el lobo mexicano es una Especie Extinta (E).

Actualmente se tiene el registro de 307 ejemplares en cautiverio, aproximadamente cien en México y el resto en Estados Unidos.

A partir de 1975, la política ambiental binacional dio un viraje y comenzó ahora un programa de recuperación del lobo mexicano, con la primera liberación de tres hembras y dos machos, que después de cuatro semanas continúan vivos y en buenas condiciones de salud.

Los cinco ejemplares portan un radio collar satelital que, a través de un programa de computadora, permite obtener información valiosa de la especie, conocer su ubicación y saber hacia dónde se están moviendo.

Óscar Moctezuma comentó que una señal inequívoca de que los lobos mexicanos consiguieron adaptarse al entorno natural es que logren reproducirse a principios del próximo año.

“Parte del plan es poderlos seguir, rastrearlos todo el tiempo y saber que se están adaptando bien al entorno. Un mes después estamos viendo que los lobos siguen bien, se están dispersando por la zona, están cazando, están adaptándose por su propia cuenta y, eventualmente, esperamos que puedan tener crías después del invierno”, confío el ambientalista.

Miguel Ángel Armella, profesor investigador de la Universidad Autónoma Metropolitana unidad Iztapalapa, dio a conocer que los ejemplares liberados en Sonora fueron rehabilitados en una Unidad de Manejo Ambiental (UMA), ubicada en Nuevo León, con el fin de que pudieran valerse por sí mismos en el medio natural.

“A los lobos se les ofrecieron primero presas muertas, después presas vivas, para que ellos aprendieran a cazar, a saber qué quiere decir cazar, porque al principio estaban sorprendidos de ver animales vivos; aprendieron a matarlos, aprendieron a trabajar en equipo”, manifestó.

El doctor en Biología abundó que, antes de volver a la vida silvestre, los cinco ejemplares fueron valorados por especialistas en veterinaria, nutrición y conducta animal.

Durante muchos años, la actitud de rechazo al lobo mexicano fue alimentada por fantasías, fábulas y cuentos que presentan a este animal como una especie sanguinaria, peligrosa y dañina para el ser humano, consideró Carlos Galindo Leal, director de Comunicación Científica de la Comisión Nacional para el Conocimiento y Uso de la Biodiversidad (Conabio).

Explicó que el regreso del lobo mexicano a su hábitat debe ir acompañado de una amplia campaña de educación sobre la importancia de esta especie para mantener los ecosistemas sanos, ya que cumplen con una función evolutiva, al regular las poblaciones de otros animales en el bosque y seleccionar a las presas más débiles o enfermas.

El biólogo con maestría en Ciencias y doctorado en Filosofía destacó que no hay registros de ataques de lobos a personas en el continente americano.

“Los lobos generalmente son animales muy difíciles de ver porque lo observan a uno desde muy lejos, lo sienten y se mueven; yo creo que hay mucho más accidentes, por ejemplo, de puma que depredan sobre seres humanos en Estados Unidos y Canadá que de lobos, y nunca oímos historias del puma malo o de Caperucita y el puma o de Los tres cochinitos y el puma”, bromeó.

Galindo Leal agregó que la Conabio apoyó durante varios años un estudio sobre las localidades que podían ser las más adecuadas para la reintroducción de la especie, dónde hubiera una baja densidad de ganado, poca población y existieran suficientes presas como el venado cola blanca, guajolotes silvestres y los pecaríes.

“Si dejamos en paz a los lobos, ellos van a recolonizar los bosques y retomar el papel ecológico que tenían hasta los años 70. Yo calculo que en unos 20 años podríamos tener ya una población de entre 50 o 100 lobos mexicanos en libertad”, confío el director de Comunicación Científica de la Comisión Nacional para el Conocimiento y Uso de la Biodiversidad.

“A los ganaderos se les va a ayudar, no solamente a que no pierdan sino a que tengan mayores ganancias y beneficios derivados de la presencia de los lobos en sus tierras”, indicó el activista.