NOTICIA-INTERNACIONAL/ALTAR AL DIA
LONDRES, ING.- Fue una noche majestuosa para una ceremonia de inauguración de Juegos Olímpicos memorable por su espectáculo, emotiva por su música e imágenes para la eternidad, que rindió homenaje a la historia británica y su aportación al mundo en el arte, ciencia, cultura y deporte.
Si es considerado el mejor acto de apertura en la historia de los Juegos Olímpicos de la era moderna, no es sería exageración, porque la excelsa ceremonia era digna de reyes y con todo su brillo y esplendor dejó marcado a cada uno de los asistentes al estadio Olímpico de Londres.
No hubo respiro, pausa o un momento en el que bajara el ánimo, Danny Boyle, cineasta y director artístico de la ceremonia de inauguración fue capaz de crear un espectáculo que combinó el deporte, la música y la literatura con luces, sonidos, bailes, juegos de imágenes que atraparon a los espectadores en el estadio Olímpico y alrededor del mundo.
El humor británico arrancó las risas cuando una actriz se hizo pasar por la Reina Isabel II y arribó al estadio en paracaídas acompañada por el personaje James Bond. Instantes después la verdadera monarca apareció imponente junto con el presidente del Comité Olímpico Internacional, Jacques Rogge.