lunes, 21 de mayo de 2012

Las universidades no son "arens" para candidatos: NARRO

NOTICIA-NACIONAL/ALTAR AL DIA 


CIUDAD DE MÉXICO.- El rector de la UNAM, José Narro Robles, consideró que las universidades no deben ser arena política ni foro para el proselitismo.
“No es ese el espacio”, afirma en entrevista. “Eso no quiere decir que aquí haya alguna prohibición. Simplemente digo que hay otros lugares.
Aquí analicemos y discutamos ideas, propuestas y proyectos, pero hasta ahí”.
Narro Robles dijo que entre la juventud hay desencanto hacia la política y por ello llamó a los candidatos presidenciales a dignificarla.
“Lo que tenemos que hacer es inyectarle a la política más vigor, más fortaleza, sacarla de la anemia en la que está metida”, añadió.
En ese contexto, el rector de la Universidad Nacional consideró que quien encabece el próximo gobierno tiene que “pensar en grande” y hacer de la educación una de las posibilidades para promover el despegue de México.
José Narro: la universidad no es foro para proselitismo, afirma que la política ha generado desencanto en los jóvenes
Convencido de que la actividad política no vive su mejor momento y ha generado de-
sencanto en los jóvenes, José Narro Robles, rector de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), considera que las universidades no deben ser la arena política, el foro para hacer proselitismo. “No es ese el espacio”.
Su declaración no es una prohibición para que los candidatos acudan a la UNAM, si así lo quieren, pero piensa que hay espacios para la reflexión política de los jóvenes.
“Los universitarios tienen todo el derecho de reunirse, analizar, discutir, ver a sus candidatos y a escuchar a quienes no conocen, pero la pregunta es: ¿debe ser la plaza universitaria el espacio? Mi opinión es no”.
El doctor Narro abre la sala de juntas del sexto piso de Rectoría, para la entrevista con
Excélsior. Un espacio amplio con grandes ventanas, desde donde se puede observar con detalle el mural de Juan O’Gorman, en las paredes de la Biblioteca Central o los jardines de la explanada. Otra imagen que resalta sobre las paredes color crema de ese lugar es el retrato de Justo Sierra, colocado en la cabecera de la mesa de trabajo, como si presidiera las reuniones de Consejo.
Ahí admite que la actividad política no es bien valorada por los jóvenes, pero aclara que sí están interesados en los asuntos del país; por eso, invita a los candidatos y políticos a mandar un mensaje muy claro: “Que la actividad política es importante, no lucrativa, de servicio y por la cual se puede transitar con dignidad”.
Propone inyectarle a la política más vigor, fortaleza, sacarla de la anemia en la que está metida, porque se requiere de los que están en campaña ideas, propuestas, conocimiento, experiencia, la capacidad de escuchar a los demás.
El rector analiza las recientes protestas y marchas de los estudiantes, y las considera parte la normalidad democrática. “Ellos son jóvenes, contestatarios, inquietos, a veces se exceden y hay que dejarlos que digan las cosas…”
Le preocupa mucho el que los egresados no consigan trabajo, pero aclara: “Las universidades no somos las responsables de los mercados laborales y no podemos formar exclusivamente profesionales para los mercados laborales”.
Y lanza un reto a los candidatos presidenciables: “Quien encabece el próximo gobierno tiene que hacer de la educación uno de sus grandes compromisos para promover el despegue de México. Para conseguirlo tiene que pensar en grande”.
¿Qué tan desencantados están los jóvenes con la política? ¿Les interesa lo que sucede en el país?
—A los jóvenes les pasa lo que le sucede a la población en general: la actividad política no tiene sus mejores momentos en la opinión de las personas. Desafortunadamente algunas de las tareas políticas no son valoradas favorablemente y me refiero a las actividades en el Poder Legislativo, o en algunas otras tareas que se desarrollan en los partidos políticos.
“No están encontrando ni la clase política ni la actividad política la manera de transmitir la importancia que tiene esa dimensión de la vida social, de la vida colectiva.
“La política es importantísima, no puede haber un sistema democrático como el que aspiramos a tener si no hay políticos y política de altura. Por eso, a mí me parece que los jóvenes tienen algún desencanto.
“Los jóvenes no están desinteresados en los asuntos del país.”
Y el doctor Narro pone un ejemplo, cita una plática que tuvo en clase con sus alumnos —porque lunes y viernes, a las siete de la mañana imparte la materia de Regiones Socioeconómicas en la Facultad de Química—, en la que hablaron de los jóvenes, de la opinión que tienen respecto de los problemas recientes, de los asuntos políticos y de la reciente protesta en la Universidad Iberoamericana, cuando acudió el candidato presidencial Enrique Peña Nieto:
“Hemos hecho análisis, comentarios cuidadosos, respetuosos, y los jóvenes por supuesto que están interesados. Cuando le pregunté al grupo, quiénes habían visto el debate, la gran mayoría levantó la mano y estaban enterados de lo que pasó.
“Los jóvenes están interesados y preocupados por lo que pasa en México, pero ellos no son los responsables. En todo caso, los adultos sí lo somos.
“Tenemos que entender que la política tiene que hacerse desde una dimensión diferente, que no se acaba durante un proceso electoral y que tiene que ver con valores superiores de los seres humanos. La especie humana es la que hace política; no sabemos que otros mamíferos, animales o simios hagan política, es una actividad humana, superior, y lo que tenemos que hacer es prestigiarla, no desprestigiarla”.
Los políticos no tienen un mensaje para los jóvenes, para los universitarios. Cuando hablan de educación se refieren a la básica, hablan de becas para todos y escuelas de tiempo completo, pero no hay propuestas concretas para esos millones de jóvenes que esperan certidumbre en su futuro. ¿Cuál es la invitación del rector de la UNAM a los candidatos?
—Lo que tenemos que hacer es inyectarle a la política más vigor, más fortaleza, sacarla de la anemia en la que está metida, porque requerimos que quienes van a participar en la actividad política tengan ideas, propuestas, conocimiento, experiencia, la capacidad de escuchar a los demás, de reunirse con los mejores, de asesorarse de los que saben, de escuchar a los expertos, de tomar en cuenta las opiniones y reflejarlas en los programas que desarrollen.
“Y estoy hablando de todos, no sólo de uno o de los candidatos a la Presidencia, estoy hablando de toda la clase política, de todos los partidos políticos y de todos los niveles.
“Se tiene que mandar un mensaje muy claro a todos los jóvenes, de que la actividad política es importante, no lucrativa, de servicio y por la cual se puede transitar con dignidad y con la convicción de servir a los demás.
“Los jóvenes saben responder, pero cuando ellos no reciben el mensaje o no ven claro su futuro, y saben que hay 7.8 millones que no estudian ni trabajan (los llamados ninis), se identifican y saben que hay un problema que lo tienen ellos o su hermano, un amigo, un primo, un vecino.
“Necesitamos pensar en nuestros jóvenes, que el mensaje no sea retórico, que sea con acciones precisas. Reconozco que ha habido esfuerzos en los últimos años y si se quiere decir que en los últimos 11 años se ha incrementado sustancialmente el número de becas, hay que decirlo: sí se ha incrementado, y si se quiere que yo reconozca que en los últimos cinco años ha aumentado la cobertura en la educación superior, la respuesta es que sí, por supuesto que sí.
“Nada más que hay un problema, el esfuerzo ha sido insuficiente. Mientras América Latina tiene 38% de cobertura en educación superior como promedio, México está entre seis y ocho puntos porcentuales por debajo del promedio de América Latina. Entonces no hay nada que festejar, tenemos que trabajar más y hacer que lo que se promete se vuelva realidad, porque hay dos cosas que están en el papel, una desde hace más de seis años en un texto normativo, en una ley, que implica que México destinara por lo menos el uno por ciento del PIB para apoyar a la ciencia y el desarrollo tecnológico, y seguimos con menos del 0.4%; no ha habido ningún plan para que podamos llegar a alcanzarlo algún día. No se trata nada más de ponerlo en una ley, sino de cumplirla.