NOTICIA-INTERNACIONAL/ALTAR AL DIA
WICHITA, Kansas.- Las autoridades de seguridad en el transporte
de Estados Unidos insistieron el miércoles en que seguirán cacheando a niños
pequeños como parte de las medidas antiterroristas en los aeropuertos, al
responder al caso de una niña de 4 años que sufrió una crisis nerviosa durante
una revisión.
La abuela de la niña denunció el miércoles que su nieta, durante una revisión
de seguridad el 15 de abril en un aeropuerto de Kansas, fue cacheada por la
fuerza mientras lloraba luego de que los agentes, entre gritos, dijeron que la
pequeña era una sospechosa que no cooperaba.
El incidente ha recibido una gran atención en los medios de comunicación y en
las redes sociales desde que la madre de la niña, Michelle Brademeyer, de
Montana, detalló la mala experiencia en Facebook la semana pasada.
La Administración de Seguridad en el Transporte (TSA por sus siglas en
inglés) defendió a sus agentes y afirmó que los nuevos procedimientos de
seguridad buscan reducir los cacheos de niños, pero que no pueden
eliminarlos.
La abuela, Lori Croft, dijo a The Associated Press que Brademeyer y su
pequeña, Isabella, pasaron inicialmente y sin problemas por el puesto de
seguridad en el aeropuerto de Wichita. La niña corrió para abrazar brevemente a
Croft, quien esperaba el cacheo luego de que se activó la alarma y entonces los
agentes de la TSA insistieron en someter a la niña a un cacheo físico.
Isabella acaba de aprender en la escuela sobre el "peligro de los extraños",
explicó la abuela. "Comenzó a llorar y decía: 'No quiero' y cuando quisimos
hablarle, corrió", agregó. "Ellos gritaron: 'Vamos a cerrar el aeropuerto si no
la agarran".
La principal preocupación de la familia, dijo Croft, era que los agentes
parecían tratarla como si fuera una presunta terrorista y no una niña de 4
años.
La TSA dijo en un comunicado el martes que los agentes no sospecharon ni
insinuaron que la niña llevara un arma de fuego. Agregó que, tras analizar el
caso, determinó que los agentes siguieron el procedimiento adecuadamente.
El incidente duró unos 10 minutos, hasta que un gerente se acercó y permitió
que los agentes cachearan a la niña mientras era contenida por su madre. La
familia recibió luego la autorización de seguir su camino mientras era seguida
por un agente de la TSA