miércoles, 21 de marzo de 2012

Sicosis por sismo de 7.8 grados Richter

NOTICIA-NACIONAL/ALTAR AL DIA


CIUDAD DE MÉXICO.- Al mediodía de ayer la Ciudad de México fue sacudida por un sismo de 7.8 grados en escala de Richter, el movimiento más fuerte después del terremoto de 1985, cuando los sismógrafos registraron ondas de 8.1 grados.
El movimiento fue seguido por un segundo sismo de 4.8 grados, con epicentro en Tlaxiaco, Oaxaca, y 19 réplicas, la más fuerte de 5.3 grados, 33 minutos después de la primera sacudida, informó al cierre de esta edición el Servicio Sismológico Nacional (SSN). El sismo de ayer superó al del 4 de abril de 2010, de una intensidad de 7.2 gradas en escala de Richter, que ocupaba el tercer lugar histórico tras del 85.
Confunde magnitud
El primer reporte indicaba que el primer sismo fue de 6.5 grados; minutos después la versión cambió a 7.9 grados en escala de Richter. Más tarde el Servicio Geológico de Estados Unidos dijo que el temblor tuvo una intensidad de 7.4 grados y finalmente 7.8.
El SSN detalló que el movimiento ocurrió a las 12:02 horas y tuvo su epicentro en los límites de Ometepec, Guerrero, y Pinotepa Nacional, Oaxaca.
Aunque el sismo de ayer fue dos décimas menor que el del 85, su magnitud tan solo fue de la mitad del que ocurrió hace 26 años, según explicó Hugo Espíndola, físico del SSN.
“Esas pocas décimas de de diferencia, como no es una relación completamente lineal, corresponde a una energía del doble. En la escala de Richter es exponencial, por lo que la magnitud de un sismo aumenta diez veces de un grado al siguiente”, dijo Espíndola.
El movimiento se sintió con fuerza en las delegaciones del centro, norte y oriente de la capital, donde se reportaron daños estructurales en algunos inmuebles.
Millones de capitalinos que se encontraban en el Centro Histórico jamás habían experimentado un sismo tan fuerte como el que ocurrió ayer.
En la calle Madero, Centro Histórico, cientos de personas que ocupaban locales y las primeras plantas de los edificios salieron a la calle peatonal que se convirtió en zona de seguridad al dar resguardo a cientos de personas que buscaron un lugar para sentirse seguras durante los 40 segundos aproximadamente que duró el movimiento oscilatorio.
Desalojo en orden
A pesar de la intensidad de la sacudida, que se incrementaba con la sensación de peligro que transmitían ventanas, puertas y luminarias, que se estrellaban de un lado a otro, los capitalinos evacuaron los inmuebles en orden y sin tumultos.
La fuerza que imprimieron las ondas sísmicas en el subsuelo fangoso del Centro Histórico provocó que las estructuras de los edificios comenzaran a tronar y algunos cristales cedieran ante el impacto.
“Júntense en el centro de la calle. Por favor, mantengan la calma”, decía un joven que portaba un chaleco de Protección Civil a los miles de capitalinos que permanecían en Madero. Al término de la sacudida, miles de personas que fueron evacuadas de sus inmuebles inundaron las calles de Madero, 5 de Mayo, Eje Central y Juárez.
Al menos 2 heridos
Como consecuencia del sismo, dos personas resultaron heridas, una en la calle Pedro Moreno, número 34, donde se derrumbó una bóveda catalana, y la otra, un chofer de microbús del Estado de México al que le cayó la viga de un puente peatonal, en el cruce de Eje 5 Norte y avenida de las Culturas.
El puente de República Federal que atraviesa calzada Ignacio Zaragoza fue cerrado a la circulación tras un desprendimiento de material y daños en su estructura al mostrar una grieta de diez centímetros. La intensidad del sismo también provocó daños en los rieles de la Línea A del Metro que sufrieron deformaciones, lo que obligó al cierre de las estaciones Peñón Viejo y Acatitla. El Hospital de Gineco-Pediatría número 3-A, del IMSS, ubicado en Instituto Politécnico Nacional, fue evacuado al hospital de La Raza y a la Clínica 24, debido a que su estructura presentó daños estructurales.
Hubo reportes de que mujeres embarazadas fueron atendidas en la calle.
Marea humana sobre Reforma
En segundos, el Paseo de la Reforma fue cubierto por una gran marea humana que buscaba llegar a un lugar seguro.
Aún el sismo estaba en el apogeo de sus 7.8 grados en la escala de Richter, el tercero más grande en los registros del país, cuando ya los camellones de esa vialidad, sus aceras e incluso las laterales estaban atestadas de gente que salió de los edificios.
Gente abrazada, tomada de la mano, platicando en calma, otras no tanto y hasta el llanto dejaban escapar, esperando a que se diera la orden de volver a los inmuebles, era lo que se observaba ayer en Reforma pasado el mediodía.
A los 5 minutos de que el sismo terminara, en Paseo de la Reforma se produjeron ligeros embotellamientos de tránsito debido a que quienes salían de edificios bloqueaban las laterales de esa vialidad para dirigirse a los amplios camellones.
“Temblor a temblor, Tlatelolco se separa más”
“Yo padecí el sismo del 85, fue muy doloroso. He sentido todos los temblores, viviendo en el edificio Colima, aquí en Tlaltelolco, y lo más lamentable de todo es que, aunque hoy (ayer) no se vivió una tragedia, a 26 años de distancia, nuestras demandas son las mismas: necesitamos apoyo real de las autoridades capitalinas para atender los daños en nuestros departamentos que con el sismo de hoy nuevamente resultaron dañados”, relató a Excélsior Naela Martínez, maestra de profesión, cuya vida ha transcurrido en esta unidad habitacional.
Observando de frente los módulos que conforman al edificio Colima, se aprecia ya una separación de más de 20 centímetros entre cada uno de estos bloques.
Incluso, luego del temblor de ayer, las marcas que alineaban l inmueble se movieron, haciendo evidente su hundimiento.
‘“Siempre que tiembla, se separa un poco más. Especialistas del Instituto Politécnico Nacional (IPN) pusieron unas marcas para dar seguimiento al movimiento del edificio y tras el temblor se ve que una marca quedó arriba y otra abajo.