lunes, 31 de octubre de 2011

‘La mujer de la bata blanca’, Murió pero su alma no se fue

NOTICIA-ESTATAL/ALTAR AL DIA


MAGDALENA DE KINO.-Entre las historias que se entretejen en esta ciudad, relacionadas con lo sobrenatural, destaca una que en particular que los viejos recuerdan con temor de que regrese en cualquier momento: ‘La mujer de bata blanca’.
Cuentan aquellos que por necesidad pasaban todos los días por la calle Kino a la altura del ahora Asilo de Ancianos San Antonio que a mediados del siglo pasado cuando este recinto funcionaba como el Hospital “La Trinidad” se aparecía una mujer de bata blanca, semejante a una enfermera.
Su belleza, que cautivaba a todos, impedía en un inicio reflexionar a detalle en su presencia, ya que repentinamente se emparejaba a los transeúntes a su paso por el hospital.
Cuentan que se trataba de un alma en pena, con la que no consientes de eso intentaban entablar una plática con ella, pero nunca recibieron una palabra de parte de la bella mujer.
¿Quién eres?, ¿Cómo te llamas?, ¿Por qué no contestas? Eran las primeras preguntas antes de ser testigos de una repentina desaparición, que iniciaba con una luz intensa en su bata blanca, y que después se apagaba lentamente junto con su imagen, lo que provocaba el terror aquellos que la veían.
Las apariciones, que inicialmente eran a pocos metros del hospital, se fueron extendiendo a calles aledañas y hasta la misma avenida principal Niños Héroes, por lo que era difícil, especialmente por las noches, observar personas en esta área. Aunque no faltaba una que otra pareja de novios despistada en busca de la soledad y oscuridad de la calle, pero en su lugar encontraban a ‘La mujer de bata blanca’ y jamás regresaban al lugar.
Los habitantes de la vieja Villa de Magdalena cuentan que a principios del siglo pasado el terreno que ocupó el hospital municipal “La Trinidad” ahora Asilo de Ancianos San Antonio fue terreno fértil donde se sembraban elotes, cebollas y membrillos.
En la milpa, se dice que la mujer de la bata blanca llevaba el desayuno y comida a su esposo todos los días.
El inicio de las apariciones se presentó justo después de fallecer víctima de una picadura de víbora al llevar el canasto con alimentos a su marido.
Son incontables las personas que fueron atendidas en el hospital, y que tuvieron la experiencia de ver pasar a la mujer de bata blanca, que jamás habló, pero sí espantaba por su silencio.
Hace dos o tres décadas que nada se sabe ya de las apariciones, suponiéndose que al ser ahora el recinto propiedad de la iglesia católica, los religiosos realizaron el rito indispensable para que el alma en pena dejara en paz a los habitantes de Magdalena y especialmente a los huéspedes del asilo.
Aunque esta historia parecer irse escapando a la memoria de los habitantes de la ciudad, especialmente los jóvenes, los decanos están aquí todavía dispuestos a recordar a ‘La mujer de la bata blanca’ que pasea por la calle Kino.