MÉXICO, D.F.-El domingo, que suele ser el día festivo, con visitas, pasteles, abrazos, música y afecto para la población del penal de Chetumal, trascurrió silencioso y gris para el cantante Kalimba, que lo ha pasado dentro de la celda colectiva de preclasificación que comparte con otros siete reclusos, cuyos procesos aún no se han definido.
Hasta la entrada del Centro de Rehabilitación Social (Cereso) llegan grupos de jóvenes simpatizantes del artista, pero la visita se reserva a familiares y defensores del inculpado; los que llegan, levantan cartulinas en las que claman por la libertad del artista.
Según el periódico Milenio, la dirección del penal, que encabeza el general en retiro Rodolfo Herrera Barrón, señaló que el propio Kalimba optó por el aislamiento y pidió no ser visitando en tanto no se defina su situación legal, lo que sucederá esta semana, transcurrida la ampliación del término constitucional solicitado ayer por la defensa.
“Kalimba no se siente preparado para recibir a su familia ni a sus amigos en la cárcel, al parecer sufre una etapa depresiva, después de la intensa semana, en la que se sucedieron la orden de aprehensión en su contra, la huída a la frontera, su captura en El Paso, la repatriación a México y finalmente su reclusión en el penal”, dijo un funcionario del juzgado.
“Sicológicamente esto corresponde a que Kalimba de alguna manera no quiere hacer a los suyos víctimas de esos impactos anímicos que le llevaron a la depresión, a pesar del alivio que representó el aplazamiento de su declaración preparatoria”, dijo el funcionario.
Acerca de si está informado el músico de que en Chetumal y en la ciudad de México surgieron campañas de apoyo, celadores del penal señalaron que sí; “seguramente se informó por la televisión o la radio, en la zona de segregados no se permiten aparatos de televisión ni radio, pero Kalimba está en una zona en la que hay sala de televisión”.
Sonrieron cuando se les preguntó si está en un área llamada “Baticueva”; no, que va –respondieron— aquí hay dos zonas de castigo, una es llamada “Almoloyita”, la otra es la “Baticueva”, ahí mandan solo a los reos peligrosos o a los que son castigados por mala conducta.
Dijeron que Kalimba toma el “rancho” que se sirve en el penal: por la mañana huevos, de café y pan; a mediodía sopa, guisado, frijoles, tortillas y postre y por la noche atole y pan; la comida es supervisada por un nutriólogo que certifica su calidad, para la entrega del presupuesto correspondiente.
El muchacho sale a caminar a veces, pero siempre está callado, habla muy poco, es amable con todos y siempre pide las cosas por favor; parece que cuando se enteró de que no podría usar su guitarra, se puso más triste; a veces sonríe cuando recibe saludos de los reclusos, señalaron los vigilantes.
Hasta la entrada del Centro de Rehabilitación Social (Cereso) llegan grupos de jóvenes simpatizantes del artista, pero la visita se reserva a familiares y defensores del inculpado; los que llegan, levantan cartulinas en las que claman por la libertad del artista.
Según el periódico Milenio, la dirección del penal, que encabeza el general en retiro Rodolfo Herrera Barrón, señaló que el propio Kalimba optó por el aislamiento y pidió no ser visitando en tanto no se defina su situación legal, lo que sucederá esta semana, transcurrida la ampliación del término constitucional solicitado ayer por la defensa.
“Kalimba no se siente preparado para recibir a su familia ni a sus amigos en la cárcel, al parecer sufre una etapa depresiva, después de la intensa semana, en la que se sucedieron la orden de aprehensión en su contra, la huída a la frontera, su captura en El Paso, la repatriación a México y finalmente su reclusión en el penal”, dijo un funcionario del juzgado.
“Sicológicamente esto corresponde a que Kalimba de alguna manera no quiere hacer a los suyos víctimas de esos impactos anímicos que le llevaron a la depresión, a pesar del alivio que representó el aplazamiento de su declaración preparatoria”, dijo el funcionario.
Acerca de si está informado el músico de que en Chetumal y en la ciudad de México surgieron campañas de apoyo, celadores del penal señalaron que sí; “seguramente se informó por la televisión o la radio, en la zona de segregados no se permiten aparatos de televisión ni radio, pero Kalimba está en una zona en la que hay sala de televisión”.
Sonrieron cuando se les preguntó si está en un área llamada “Baticueva”; no, que va –respondieron— aquí hay dos zonas de castigo, una es llamada “Almoloyita”, la otra es la “Baticueva”, ahí mandan solo a los reos peligrosos o a los que son castigados por mala conducta.
Dijeron que Kalimba toma el “rancho” que se sirve en el penal: por la mañana huevos, de café y pan; a mediodía sopa, guisado, frijoles, tortillas y postre y por la noche atole y pan; la comida es supervisada por un nutriólogo que certifica su calidad, para la entrega del presupuesto correspondiente.
El muchacho sale a caminar a veces, pero siempre está callado, habla muy poco, es amable con todos y siempre pide las cosas por favor; parece que cuando se enteró de que no podría usar su guitarra, se puso más triste; a veces sonríe cuando recibe saludos de los reclusos, señalaron los vigilantes.