NOTICIA-ALTAR
ALTAR,SONORA.- En punto de las cuatro de la tarde del día 24
de diciembre, iniciamos el recorrido para la entrega de “UNA CENA DIFERENTE”,
una actividad que llevamos más de seis años realizándola, por supuesto de la
mano de mucha gente de “Buen Corazón”, que funge como Padrino o Madrina donando
estas cenas.
En esta ocasión me hice acompañar, por jóvenes quienes
amablemente aceptaron vivir esta experiencia, nos desplazamos en un vehículo proporcionado
por uno de ellos, la organización y logística de las entrega estuvo a cargo de
estos jóvenes; quienes dejando por unas horas la comodidad de sus hogares,
decidieron entregarse a esta actividad.
Fueron ellos los que se organizaron, unos tomaban fotos,
otros, formaban los paquetes de los tamales; así fue como llegamos al primer domicilio, en donde habríamos
de entregar la primera cena; “los estaba esperando” fueron las Palabras de bienvenida que nos dijo “Luisito”, un buen
hombre que por muchos años, ha sufrido los estragos que deja la Diabetes.
Y así nos fuimos recorriendo casa por casa de diferentes
colonias de Altar, saludando y platicando con las personas, en donde
descubrimos que muchas de ellas también tienen necesidad de que alguien las
escuche, de que alguien les dedique tiempo para platicar.
La alegría que te da
ver caras felices, porque la visitas y les llevas las cenas, te cambia toda la
perspectiva de la vida. Todos los que recibieron las cenas en este año enviaba
a través de nosotros bendiciones y agradecimientos a los padrinos y madrinas, los nombres de ellos se les decía cuando la
cena se entregaba, una de las beneficiarias nos dijo las oraciones no tienen
frontera, porque le hicimos saber que la madrina de esa cena vivía en Estados
Unidos, “hasta allá le mando mis bendiciones” dijo Doña Panchita.
Como duele darse cuenta, que aún en estos tiempos que nos
invitan a la fraternidad y a la solidaridad para con los que menos tienen, a los que si podemos ayudar de una u otra
manera nos sobren los pretextos para no hacerlo.
Pero no todo está perdido, porque también hay gente de buen
corazón, como Angélica que compartió una
docena de tamales de esas que cocino para su familia y se desprendió de ella,
todavía nos agradece por que la invitamos hacer parte de esta labor.
El tiempo siguió corriendo el sol se nos ocultó, la noche
nos llegó cuando estábamos compartiendo
de la sabiduría y anécdotas de todo un
personaje muy popular en el pueblo, el famosos “Ramiro”, quién visiblemente
emocionado por nuestra visita , en sus palabras de agradecimiento le gana el
llanto y se disculpa mil veces por eso; el mismo se describe como una persona muy
sensible.
Ya rumbo a casa, los jóvenes entre ellos empiezan hablar de
la experiencia vivida, reír de los momentos chusco, citar frases de las que nos
decían, señalar actitudes de quienes nos recibieron y mil detalles más, y yo entusiasmado
escuchándolos, y para mis adentros decía se logró el objetivo, por lo menos hoy
el mundo ya cuenta con 3 jóvenes más sensibilizados, sobre el valor de la
solidaridad.