ALTAR,SONORA.- Después
que un grupo de vecinos, que se ven
afectados directamente por las humaredas de una “carbonera”; solicitara la
intervención de la Fundación Altar en Movimiento, y esta haya iniciado todo un
proceso, para hacer llegar la denuncia
de estos vecinos a las autoridades competentes.
Lo que parecía un simple problema de contaminación
ambiental, hoy sale a relucir que es un atentado contra el entorno ecológico de
la población de Altar.
Están cortando todos los mezquites, y no están poniendo
ninguno, esos compitas nomas les interesa hacer dinero les vale madre, lo que
pase, mire yo antes sacaba para acá a las vaquitas pa’ que comieran péchita y así
pasar la sequía pos ahora, ya casi ni hay, dijo un hombre de aspecto vaquero y
quien dice tener años de vivir cerca de la
mezquitera como él le dice.
La zona en donde se encuentra operando la fábrica de carbón,
es conocida también como el “tajo” que durante muchos años fue un lugar de esparcimiento
para los residentes de la población de Altar, sobre todo en los meses(Junio-Agosto)
de mayor calor en la región ; ya que en esa zona existe un nacimiento de agua y a su alrededor
una serie de árboles que proporcionan una gran sombra, y por muchos años fue
este el lugar de predilección de
contacto con la naturaleza de las familias de Altar.
Fue en el año del 2005, cuando un particular se declara
propietario de esa Zona, aun cuando una gran parte de ella está conformada por el caudal del Río Altar, considerado en todo momento
Zona federal; “ pues hay vinieron unas gentes
y cercaron el rio, que por que ahora era del compa de la sombrerería”, nos
narra un residente de la zona, que en
todo momento se muestra molesto, “ es que son más que chingaderas, de estas autoridades,
como que el río es de un solo compa están
locos”, y ahora otros cabrones, vienen tumbando los mezquites, nos pos
ta cabrón, nos dice en su estilo peculiar para hablar.
Según la cartografía que consultamos esta zona se encuentra
dentro de los terrenos del denominado Ejido Altar, y aun con todo y eso , esos
terrenos son explotados por personas ajenas a este ejido.
Una altareña de corazón, pero gringa pro necesidad, así como
se describe ella, nos dice vía Facebook; cómo es posible que la raza de mi
pueblo deje que esos “arribistas” se apropien de los bienes que son de nosotros,
“El tajo” era para nosotros la chaviza de aquel entonces el lugar del encanto a
dónde íbamos con nuestros papas a disfrutar del agua y a comer muchos berros,
con sal y limón, y de ahí nos pasábamos a los higos a que Don Gil Ortiz
(gilito), en donde nos divertíamos muchos con sus ocurrencias. No se dejen
altareños, organícense y saquen a eso cabrones, termina diciendo está orgullosa
altareña.
Frenen la destrucción del “tajo”, parece ser el grito desesperado de una
población, cuyo único pulmón verde es esa área.