sábado, 17 de marzo de 2012

Llegan a Sonora boletos para ver al Papa

NOTICIA-ESTATAL/ALTAR AL DIA


HERMOSILLO,SONORA.-La Diócesis de Hermosillo recibió ya los mil boletos que le corresponden para la misa del Papa Benedicto XVI en Guanajuato, de los cuales unos 100 están aún disponibles para los sonorenses que deseen realizar el viaje el 25 de marzo, informó Ulises Macías Salcedo.

El Arzobispo de Hermosillo pidió a los feligreses desconfiar de quien venda los boletos y pidió solicitarlos a la Diócesis y recogerlos ahí mismo, en el arzobispado de la capital sonorense.

Macías Salcedo dijo que gran parte de los boletos fueron apartados por religiosos y feligreses, entre ellos los 67 miembros del Seminario, más de 20 sacerdotes del Seminario y otros 15 sacerdotes del Estado con parte de su feligresía.

El Arzobispo dijo que además de la misa, Benedicto XVI sostendrá una reunión privada con el Presidente Felipe Calderón, otra con obispos mexicanos donde asistirán arzobispos y cardenales de América Latina, y una reunión más con niños mexicanos, quienes son la alegría del presente y esperanza del futuro.

Macías Salcedo rechazó que la visita papal a México tenga un tinte político, sino se trata de afianzar los lazos con los mexicanos.

"Viene como mensajero y testigo del Señor, trae el evangelio de la paz, viene a anunciar que el reino de Dios ya está con nosotros y que toca a nosotros hacer la parte que nos corresponde para que ese reino de Dios se siga instaurando en la sociedad".

"No se trata de darle ningún tinte político a su venida ni mucho menos tratar de favorecer a un partido por la región en donde va a estar hospedado y que quede muy claro, viene a ese lugar por cuestiones de salud y de conveniencia geográfica, pero viene a todo México a saludarnos, animarnos y que nos demos cuenta que él está con nosotros y que nosotros contamos con él", afirmó.

El líder religioso pidió a quienes vayan a la misa, ir preparados para llegar al sitio de la misa con 24 horas de anticipación, pernoctar ahí y esperar para salir, quizá hasta cinco horas después de finalizada la ceremonia eucarística.