Argumenta que no quiere que las diferencias con Calderón dificulten la relación bilateral; Obama y Hillary aceptan su renuncia
CIUDAD DE MÉXICO.- El embajador de Estados Unidos en México, Carlos Pascual, renunció ayer a su puesto.
Hillary Clinton, titular del Departamento de Estado, confirmó en un comunicado que tanto ella como el presidente Barack Obama han aceptado, “con gran pesar”, la separación del diplomático.
“Carlos ha basado su decisión de regresar a Washington en el deseo de asegurar la fuerte relación entre nuestros países, y de evitar que los temas planteados por el presidente Calderón puedan ser distractores para avanzar en nuestros intereses bilaterales”, indicó Clinton.
La renuncia ocurre a 15 días de que Felipe Calderón externara, en entrevista con The Washington Post, su enojo con Pascual por sus comentarios en los cables diplomáticos publicados por WikiLeaks.
En ese momento, Washington aseguró que Pascual estaba haciendo un buen trabajo y que no tenía pensado removerlo.
El gobierno de México expresó “sus mejores deseos” a Pascual.
Pascual renuncia para evitar “distractores”
Carlos Pascual, embajador de Estados Unidos en México, renunció ante el Departamento de Estado de esa nación pidiendo que lo reubiquen en Washington.
La decisión se dio a conocer, dos semanas después de que el presidente Felipe Calderón declarara al diario estadunidense The Washington Post, que su confianza hacia el diplomático se había visto minada, tras las filtraciones de WikiLeaks.
La secretaria de Estado, Hillary Clinton, señaló, en un comunicado, que la decisión de Pascual de regresar a la Unión Americana obedece “a su deseo personal de asegurar una relación fuerte entre nuestros dos países y de evitar que los temas planteados por el presidente Calderón puedan ser distractores para alcanzar el objetivo de avanzar en nuestros intereses bilaterales”.
El pasado 3 de marzo, cuando el presidente Calderón realizó una gira de trabajo a Wa-
shington, dijo a editores y reporteros de The Washington Post que la relación bilateral se había visto “severamente dañada” por los comentarios del embajador Pascual revelados por WikiLeaks.
La polémica
En los cables el diplomático le informaba a Hillary Clinton que el Ejército era lento, mal preparado y que tenía “aversión al riesgo”.
El mandatario mexicano dijo a los periodistas del diario estadunidense su opinión sobre esas filtraciones:
“Es difícil cuando ves el coraje del Ejército. Por ejemplo, ellos han perdido probablemente 300 soldados... y de pronto alguien en la embajada americana dice que no son lo suficientemente valientes.”
Después le dijo a los editores de ese diario: “Tenemos una expresión en México, que dice ‘no me ayudes, compadre’”, y cuando le preguntaron si había perdido la confianza en el diplomático respondió: “(la confianza) es algo difícil de construir y muy fácil de perder. Es algo que voy a exponerle a Barack Obama”.
Al día siguiente el entonces vocero del departamento de Estado, Philip J. Crowley, salió en defensa de Pascual y expuso que a pesar de las críticas de las que había sido objeto estaba “trabajando con eficacia bajo condiciones difíciles y, por ahora, no hay planes de llamarlo a consulta”.
Las críticas
Otras de las opiniones del embajador Pascual reveladas por WikiLeaks fueron que había mala coordinación entre la Secretaría de la Defensa y la Secretaría de la Marina.
También expresaba su desconfianza en la capacidad de la policía mexicana, las estructuras gubernamentales y las unidades de inteligencia para hacer frente al narcotráfico.
En otro cable señalaba que el presidente Felipe Calderón estaba “abrumado e inseguro acerca de qué ruta seguir para aterrizar sus proyectos políticos”.
En diciembre de 2009 envió un cable a la secretaria Clinton donde señalaba que los precandidatos panistas a la Presidencia de la República eran “grises”, y que el PRI era el contendiente más sólido con miras a las elecciones de 2012.
Las respuestas mexicanas
Cuando a la canciller Patricia Espinosa se le preguntó si las opiniones del embajador Pascual reveladas por WikiLeaks dañaban la relación bilateral; ella respondió que no, y que ya se habían limado asperezas con el vecino del norte.
El martes pasado durante la Conferencia anual de la Cámara Americana de Comercio el embajador estadunidense planteó que la relación bilateral iba más allá de simpatías personales.
Recordó una frase pronunciada por el presidente Obama en la que decía que la solidez de la relación no estaba definida por la camaradería entre los dos presidente, sino por la colaboración bilateral en temas trascendentes como la seguridad y el comercio