Tan sólo en 37 municipios fronterizos se ha perpetrado casi la tercera parte de las ejecuciones que van en el sexenio
CIUDAD DE MÉXICO.- Según la Base de Datos de Homicidios Presuntamente Relacionados con el Crimen Organizado, presentada en enero por el gobierno federal, esas 37 demarcaciones representan 1.5% del total de alcaldías del país. Ahí se acumulan diez mil 203 asesinatos de los 34 mil 612 contabilizados desde diciembre de 2006.
Además, nueve de cada diez homicidios ocurridos en 2010 en la frontera norte tuvieron lugar en alcaldías gobernadas por el PRI.
Una zona que respira violencia
La línea fronteriza y el río Bravo no sólo son una barrera entre la ciudad más segura de Estados Unidos, El Paso, Texas, y el municipio mexicano con mayor número de homicidios, Ciudad Juárez, Chihuahua, sino que también protege a la considerada potencia mundial de la zona más violenta de México.
La violencia ha alcanzado tal magnitud en la región más cercana a Estados Unidos que casi una tercera parte del total de muertes ha ocurrido en 37 municipios fronterizos ubicados en seis estados (Baja California, Sonora, Chihuahua, Coahuila, Nuevo León y Tamaulipas).
Esas 37 demarcaciones, que representan 1.5 por ciento del total de municipios mexicanos, acumulan diez mil 203 asesinatos de los 34 mil 612 contabilizados desde que inició el sexenio de Felipe Calderón hasta diciembre de 2010, según la Base de Datos de Homicidios Presuntamente Relacionados con el Crimen Organizado, presentada en enero por el gobierno federal.
Nueve de cada diez homicidios en la frontera norte tuvieron lugar en alcaldías gobernadas por el PRI.
También en esa frontera norte se rompió en 2010 el récord de las cifras de violencia criminal anexadas a esa base de datos: número de asesinatos, ejecuciones y enfrentamientos.
El sitio con más homicidios durante el año pasado fue Ciudad Juárez, Chihuahua, gobernada desde finales de 2010 por Héctor Murguía, del PRI, con dos mil 738. Fue también el lugar con más ejecuciones: dos mil 661.
Reynosa, Tamaulipas, gobernada por el priista Everardo Villarreal se convirtió en la zona con más enfrentamientos entre el crimen organizado durante 2010, con un total de 125.
En municipios fronterizos gobernados por el PRI también hay casos de los que hasta hace un año eran pacíficos, en los que transcurrían meses enteros sin que las autoridades reportaran un solo asesinato, pero que a partir de 2010 la violencia los alcanzó, como Mier, Tamaulipas.
Además del éxodo de al menos 300 familias por la violencia, Ciudad Mier terminó el año pasado con 93 homicidios, 68 enfrentamientos y 25 ejecuciones.
Lo peor, estadísticas demuestran que una vez instalados en una zona, la violencia y el crimen se comportan como una plaga.
En Juárez, por ejemplo, aumentó 20 veces el número de homicidios en tres años.
Las calles de la frontera han sido el principal escenario de la violencia. Siete de cada diez ejecuciones tuvieron lugar en plena vía pública. En Tamaulipas, la cifra asciende a ocho de cada diez.
Se ensañan con los jóvenes
Los conflictos entre bandas del narcotráfico han acabado con la vida de miles de jóvenes de entre 21 y 30 años, en su mayoría victimados por una organización criminal, “presumiblemente para amedrantar a sus rivales o disciplinar a sus socios”, de acuerdo con versiones de Alejandro Poiré, secretario técnico del Consejo de Seguridad Nacional.
Mientras más se recrudece la violencia y se prolonga el conflicto en un municipio, los jóvenes se convierten en la carne de cañón.
Cuando comenzó en Ciudad Juárez la guerra entre bandas criminales, es decir, entre 2006 y2007, la mayoría de sus muertos eran hombres de entre 31 y 40 años. Entonces sólo cuatro por ciento de las víctimas eran jóvenes.
Pero para 2010 el rostro de las víctimas cambió, porque 30 por ciento de los ejecutados fueron jóvenes de 21 a 30 años.
Chihuahua, dos cárteles se disputan el control de las calles
Desde 2009, esta entidad federativa se ha sumido en una ola de violencia y criminalidad por la pugna entre dos cárteles que se disputan el control del territorio para el tráfico y venta de droga.
Las ejecuciones en la vía pública, en viviendas y en negocios, como restaurantes y bares, se multiplicaron durante 2010, ya que las bandas criminales buscan exterminar al rival para dominar la franja fronteriza con Estados Unidos, la zona urbana de la urbe y el sur de Chihuahua, pero también la región serrana para la siembra de mariguana y amapola.
En esta lucha se han enfrascado desde hace dos años los cárteles de Sinaloa, de Joaquín El Chapo Guzmán, y el de Juárez, cuyo líder es Vicente Carrillo Fuentes, El Viceroy, hermano del extinto Señor de los Cielos, Amado Carrillo.
El cártel de Juárez había controlado antes todas las actividades delictivas en Chihuahua, creando una red de corrupción en las corporaciones policiacas y en los gobiernos municipales y estatales.
Vicente Carrillo Fuentes creó el grupo criminal La Línea, que como brazo armado del cártel de Juárez se dedicaba a matar a quienes no pagaban la cuota por delinquir en Chihuahua o a los integrantes del cártel de Sinaloa que intentaban apoderarse de esta región.
Las enormes ganancias y el punto estratégico que es la zona fronteriza y la sierra tarahumara llamaron la atención del cártel de Sinaloa, que desde 2009 ha intentado quitarle el control al de Juárez a través de su brazo armado, Gente Nueva, y la integración de violentas pandillas como Los Mexicles y Los Artistas Asesinos.
Algo más que droga
Paralelo a este enfrentamiento que ha dejado en el estado más de cinco mil ejecutados desde 2009, el cártel de Juárez y La Línea, apoyados por bandas de pandilleros como Los Aztecas, extendieron sus actividades, que pasaron del trasiego y venta de droga a otras como el tráfico de ilegales, falsificación de documentos, contrabando, extorsión y secuestro.
Derivado de esta lucha, las ciudades más violentas son las de la franja fronteriza conocida como El Valle de Juárez, en la que están los municipios de Ascensión, Janos, Ciudad Juárez, Guadalupe Distrito Bravos y Práxedis G. Guerrero.
Tamaulipas, mejor dejan sus ciudades
La lucha que también libran en Tamaulipas los cárteles de la droga, así como sus enfrentamientos con el Ejército, arrojó en 2010 mil 209 asesinatos, cuando hace tres años ocurrieron en esta entidad federativa 90 homicidios.
Al término del sexenio del gobernador Eugenio Hernández Flores, Ciudad Mier, nombrado Pueblo Mágico, y Guerrero, fueron abandonados por 300 personas, quienes migraron a Miguel Alemán en busca de refugio, alimento y atención médica ante la escalada de violencia.
Las ciudades de la frontera tamaulipeca con Estados Unidos sufrieron un éxodo de comerciantes, quienes dejaron sus negocios en el lado mexicano para mudarse a regiones estadunidenses.
Aunque no hay un cifra oficial, se habla de más de tres mil comerciantes desde Matamoros a Nuevo Laredo que han salido del estado en busca de seguridad. Habitantes de ciudades como Miguel Alemán, Mier, Nueva Guerrero, Camargo y Díaz Ordaz han decidido incluso no enviar a sus hijos a la escuela por los constantes enfrentamientos en las calles de los grupos rivales.
Desde el 1 de enero pasado, todos los alcaldes tamaulipecos de la frontera con Texas se trasladan con escoltas armados con armas AR-15, debido a los ataques y ejecuciones de funcionarios públicos, entre ellos de las corporaciones policiacas.
Además, la diócesis de Ciudad Victoria pidió a sus feligreses escuchar las misas por radio o televisión para evitar exponerse.