jueves, 16 de diciembre de 2010

OPERA LA FAMILIA CON "12 ÀPOSTOLES"

NOTICIA-NACIONAL/ALTAR AL DIA

MÈXICO,D.F.-Una cúpula de 12 mandos superiores denominados "apóstoles" y un brazo operativo que encabeza Jesús Méndez Vargas, "El Chango Méndez", toman las decisiones de La Familia, que, además del tráfico de cocaína, también maneja inversiones legales y cuenta con un staff jurídico propio.

Documentos de inteligencia federal mencionan que el dinero de esta organización criminal logró infiltrar sectores económicos de Michoacán, como la compraventa de tractores, empresas de mensajería, transporte, mueblerías y aires acondicionados.

Refieren que la estructura de mando de La Familia emula a Jesús y sus 12 apóstoles, pues se trata de una docena de jefes que integra un consejo que gira en torno a "El Chango Méndez".


Si bien Nazario Moreno González, "El Más Loco", muerto el viernes pasado en un enfrentamiento con fuerzas federales, era considerado el guía espiritual y líder de la organización, un reporte se refiere a "El Chango" como el jefe de sicarios y capo de mayor relevancia del cártel.

Los apóstoles son Ignacio Rentería Farías, "El Franky"; Jesús Méndez junior, supuesto hijo de "El Chango"; Gustavo Malfavón, "El Tavo"; Javier Barragán, "El Borrado"; Alfonso Morales, "La Moraleja"; Sergio Pérez, "Checo", y Javier Suárez.

Del resto de los integrantes del consejo sólo se da cuenta de sus nombres de pila: Godofredo, Miguel, José, Refugio y Francisco.

De Servando González, "La Tuta", no se hace mención.

Según los informes de inteligencia, "El Chango Méndez" tiene contactos con Jorge Eduardo Costilla Sánchez, "El Coss", jefe del Cártel del Golfo.

Sobre su defensa legal, el documento señala que, en los últimos años, ha estado a cargo de nueve abogados, algunos de ellos levantados o incluso ejecutados.

En su análisis, las autoridades indican que La Familia controla sus fuentes de abastecimiento y el proceso de producción de la cocaína que introduce a México.

Atribuyen a 'Familia' tráfico de Bolivia

La Familia Michoacana controla, desde sus fuentes de abastecimiento, el proceso de producción de la cocaína que introduce a México, de acuerdo con un análisis sobre el grupo delictivo que elaboraron autoridades federales.

En un documento se señala, por ejemplo, que la hoja de coca la adquieren con abastecedores que viven en la frontera del Perú que colinda con el lago Titicaca, así como en las ciudades de Sucre y Potosí, al sur de Bolivia, pertenecientes a departamentos o provincias que no destacan por la producción de este producto.

La hoja de coca luego es enviada a Arequipa o el puerto de El Callao, en Perú, donde es procesada para obtener el clorhidrato de cocaína.

Después, la droga es trasladada por avión al Putumayo, en Colombia, y sigue por tierra a las costas del Caribe de ese país, para continuar vía aérea y marítima a El Salvador, Belice y las costas de Chiapas.

En el caso de la frontera sur, pagan derecho de piso a los cárteles del Golfo y Sinaloa, con quienes tienen buena relación en el presente, ya que son aliados contra Los Zetas.

Esta ruta es distinta a los precursores químicos que, aunque su transporte es triangulado por diversos países, generalmente llegan de Asia, por la Aduana de Lázaro Cárdenas.