Washington- Compungido, el presidente Barack Obama dijo el miércoles estar dispuesto a hacer concesiones a los republicanos sobre los recortes de impuestos y la política energética, al día siguiente de la derrota electoral que le quitó a los demócratas la Cámara de Representantes y varias bancas en el Senado.
Durante una conferencia de prensa en la Casa Blanca, Obama dijo que cuando el Congreso vuelva a sesionar, "mi meta será asegurarnos que no tengamos un gran aumento de impuestos para las familias de clase media". No mencionó su propósito de permitir que expiren los recortes a la clase alta, en el que había insistido durante la campaña, contra la voluntad de los republicanos.
Obama, consideró que los alcances de la derrota demócrata en las elecciones intermedias, que le costará a su partido el control de la Cámara de Representantes, constituyeron "una paliza".
Reconoció que a nivel personal "se siente mal" por la derrota de su partido, en particular al recordar que algunos legisladores perdieron sus escaños pese al capital político personal que invirtió en sus campañas.
"No hay duda de que la preocupación numero uno de la gente es la economía, y expreso enorme frustración sobre el hecho de que no hemos hecho suficiente progreso en la economía", indicó el mandatario.
El mandatario dijo que estaba ansioso por dialogar con líderes de ambos partidos "y encontrar la manera en que podamos avanzar juntos".
"No será fácil", dijo, ya que los dos bandos tienen profundas divergencias en algunos temas clave.
La derrota fue humillante para la otrora figura avasallante del presidente y el cambio se notó en su rueda de prensa. Ya no sonrió ni se mostró efervescente, sino más bien sombrío, al reconocer que sus medidas pueden haber distanciado a muchos ciudadanos.
"Creo que la gente comenzó a observar todo esto y le pareció que el gobierno se estaba volviendo mucho más intrusivo en sus vidas de lo que estaban acostumbrados", reconoció.
Sin embargo, tampoco izó una bandera de rendición.
"Ningún partido será capaz de ordenar a dónde vamos en adelante", dijo, en una clara advertencia a los opositores de que no cederá a sus exigencias de una política económica conservadora.
Obama prácticamente repitió la posición de los republicanos, que horas antes dijeron que estaban dispuestos a hacer concesiones dentro de ciertos límites.
Con un desempleo de 9,6%, ambos bandos enfrentan presiones para encontrar un camino consensuado, pero al mismo tiempo desean retener el apoyo de grupos clave para la elección del 2012: los republicanos necesitan al naciente movimiento conservador Tea Party y Obama, a los votantes que lo llevaron a la Casa Blanca.
Obama dijo que estaba dispuesto a debatir recortes a los gastos de salud, luego de su histórica reforma, "si los republicanos tienen algunas ideas".
Agradeció a Nancy Pelosi por su extraordinario liderazgo en los últimos años como portavoz y líder de la Cámara de Representantes, así como la labor de Harry Reid que encabeza el Senado de Estados Unidos.
En las elecciones del martes, los republicanos obtuvieron una fuerte mayoría en la Cámara de Representantes y avanzaron significativamente en el Senado
Durante una conferencia de prensa en la Casa Blanca, Obama dijo que cuando el Congreso vuelva a sesionar, "mi meta será asegurarnos que no tengamos un gran aumento de impuestos para las familias de clase media". No mencionó su propósito de permitir que expiren los recortes a la clase alta, en el que había insistido durante la campaña, contra la voluntad de los republicanos.
Obama, consideró que los alcances de la derrota demócrata en las elecciones intermedias, que le costará a su partido el control de la Cámara de Representantes, constituyeron "una paliza".
Reconoció que a nivel personal "se siente mal" por la derrota de su partido, en particular al recordar que algunos legisladores perdieron sus escaños pese al capital político personal que invirtió en sus campañas.
"No hay duda de que la preocupación numero uno de la gente es la economía, y expreso enorme frustración sobre el hecho de que no hemos hecho suficiente progreso en la economía", indicó el mandatario.
El mandatario dijo que estaba ansioso por dialogar con líderes de ambos partidos "y encontrar la manera en que podamos avanzar juntos".
"No será fácil", dijo, ya que los dos bandos tienen profundas divergencias en algunos temas clave.
La derrota fue humillante para la otrora figura avasallante del presidente y el cambio se notó en su rueda de prensa. Ya no sonrió ni se mostró efervescente, sino más bien sombrío, al reconocer que sus medidas pueden haber distanciado a muchos ciudadanos.
"Creo que la gente comenzó a observar todo esto y le pareció que el gobierno se estaba volviendo mucho más intrusivo en sus vidas de lo que estaban acostumbrados", reconoció.
Sin embargo, tampoco izó una bandera de rendición.
"Ningún partido será capaz de ordenar a dónde vamos en adelante", dijo, en una clara advertencia a los opositores de que no cederá a sus exigencias de una política económica conservadora.
Obama prácticamente repitió la posición de los republicanos, que horas antes dijeron que estaban dispuestos a hacer concesiones dentro de ciertos límites.
Con un desempleo de 9,6%, ambos bandos enfrentan presiones para encontrar un camino consensuado, pero al mismo tiempo desean retener el apoyo de grupos clave para la elección del 2012: los republicanos necesitan al naciente movimiento conservador Tea Party y Obama, a los votantes que lo llevaron a la Casa Blanca.
Obama dijo que estaba dispuesto a debatir recortes a los gastos de salud, luego de su histórica reforma, "si los republicanos tienen algunas ideas".
Agradeció a Nancy Pelosi por su extraordinario liderazgo en los últimos años como portavoz y líder de la Cámara de Representantes, así como la labor de Harry Reid que encabeza el Senado de Estados Unidos.
En las elecciones del martes, los republicanos obtuvieron una fuerte mayoría en la Cámara de Representantes y avanzaron significativamente en el Senado