Qué cachaza de Cecilia Romero
Ciro Gómez Leyva
Los argentinos tienen una palabra muy útil para referir coloquialmente la desvergüenza, el descaro. Cachaza. Cachaza la de quien se ausenta dos meses del trabajo y demanda una millonada por despido injustificado. Cachaza la de Cecilia Romero al anunciar que quiere ser la próxima presidenta del PAN.
Cachaza la de esta ráfaga de frases expresadas por ella el fin de semana: “Sí tengo intenciones de registrarme. He estado valorando mucho cómo están las cosas. Creo que es importante aprovechar esta situación que se da, donde cuestiones que tienen que ver con mi encargo o con mi compromiso han quedado atrás”.
Veamos. “Sí tengo intenciones de registrarme”. Quiere decir que se siente perfectamente apta para postularse y dirigir al partido en el poder.
“He estado valorando mucho cómo están las cosas”. Supongo que quiere decir que ha calculado los costos políticos tras la masacre de 72 indocumentados en Tamaulipas (cuando ella era la comisionada del Instituto Nacional de Migración). Y que llegó a la conclusión de que ese episodio (y otros) es anecdótico en su biografía política, poca cosa para frenar una carrera.
“Creo que es importante aprovechar esta situación que se da, donde cuestiones que tienen que ver con mi encargo o con mi compromiso han quedado atrás”. Quiere decir que la muerte de los 72 es cosa del pasado; y nada frente a la posibilidad de convertirse en la luminosa líder que necesita el PAN. Que en un país donde nadie se hace cargo de sus implicaciones, la matanza de Tamaulipas puede ser incluso un buen trampolín.
Qué cachaza, Cecilia, levantar la mano cuando los cadáveres están todavía humeantes. Y acudo al lunfardo argentino para no tener que decir: qué desvergüenza, qué descaro.
Reconoce Tiziano Ferro que es gay
El cantante italiano confesó en un libro autobiográfico, que tiene ganas de enamorarse de un hombre y admitió que a causa de esa situación vivió "años muy difíciles", pese a su éxito internacional.
"Soy gay y tengo la libertad de poderlo decir", tituló el sitio electrónico del diario La República, que citó al cantante, de quien prometió una entrevista.
Por su parte, la edición italiana de la revista Vanity Fair dedicó al artista la portada de su número más reciente, que saldrá a la venta el miércoles, y del cual se dio un avance este día.
"Tengo ganas de enamorarme de un hombre", dijo Ferro, citado por la publicación.
El cantante confirmó que desde hace dos años inició el psicoanálisis, mediante el cual llegó a la conclusión de que quiere "vivir mejor".
"Desde hace tiempo no estaba bien y había entendido que debía retomar una serie de cosas: desde el exilio forzado de amigos y familia, a la relación con mi trabajo, o a la relación contrastada con la homosexualidad", afirmó.
La revista citó el libro autobiográfico "Trent’anni e una chiacchierata con papa" (Treinta años y una plática con papá), que el artista publicará este mes y en el que recoge sus diarios de 1995 a 2010.
Según La Repubblica, en el texto Ferro cuenta toda su vida, desde la bulimia a la dificultad de aceptar su homosexualidad, así como al aislamiento paranoico, la incapacidad de amar debidamente y a la no aceptación de sí mismo.
El cantante dijo que a causa de esa situación vivió "años muy difíciles", pese a su éxito internacional.
"¿Qué cosa sucederá después?, ya nada será como antes", reconoció.