miércoles, 23 de noviembre de 2011

Ceden los militares en Egipto; adelantan la entrega del poder

NOTICIA-INTERNACIONAL/ALTAR AL DIA


EL CAIRO.– La plaza Tahrir revivió ayer el espíritu de la revolución y exigió con una única voz la renuncia de la Junta Militar, que prometió elecciones anticipadas en junio de 2012 y un referéndum para que los egipcios decidan si los militares abandonan “inmediatamente” el poder.
El balance de los enfrentamientos entre manifestantes y la policía en Egipto asciende a 30 muertos.
Esta decisión, anunciada en un discurso por el jefe del Consejo Supremo de las Fuerzas Armadas (CSFA), mariscal Husein Tantaui, fue recibida con escepticismo y desconfianza en la emblemática plaza, donde decenas de miles de personas gritaron como respuesta “fuera, fuera”.
“Ya han dicho otras veces que abandonarán el poder y no han cumplido”, dijo el joven Amir Ahmed, que aseguró que su intención es quedarse en Tahrir.
En su alocución, Tantaui reafirmó que los dirigentes castrenses no pretenden ser una “alternativa a la legalidad que desea el pueblo” y no buscan perpetuarse en el poder.
“No ambicionamos el poder y estamos dispuestos a entregar inmediatamente la responsabilidad y volver a nuestra misión original, que es la defensa de la patria, si el pueblo lo decide mediante un referéndum, si la situación lo requiere”, señaló Tantaui, sin ofrecer más detalles sobre la celebración de este plebiscito.
El jefe de la Junta Militar aseguró que tiene la voluntad de celebrar elecciones presidenciales antes de finales de junio de 2012, y de mantener los comicios legislativos en las fechas previstas, es decir, a partir del próximo lunes 28 de noviembre.
Para el joven Ahmed Gharib, que escuchó las palabras del mariscal en la plaza epicentro de la revolución, el discurso llega tarde: “Si Tantaui lo hubiera pronunciado hace tres días, la situación sería diferente”, subrayó.
Mientras los dirigentes castrenses tomaban estas decisiones, la calle seguía clamando contra la cúpula militar en su órdago para poner fin a lo que consideran una continuación del régimen de Hosni Mubarak, que abandonó el poder el pasado febrero tras 18 días de protestas similares a la de ayer.
“La Junta Militar tiene que entender que el pueblo quiere libertad y no seguir el camino trazado por el régimen de Mubarak como han hecho hasta ahora”, dijo en la plaza la joven Fatma Saher.
Antes del discurso de Tantatui, uno de los momentos de máxima emoción se vivió con la llegada de un militar, al que la muchedumbre portaba en hombros y que fue recibido con aplausos al manifestar con su presencia su apoyo a las reivindicaciones del pueblo.
El gobierno está tratando de negociar con los manifestantes para que dejen los alrededores del ministerio del Interior y cesen la violencia, pero estos consideran que con su lucha defienden Tahrir.
A las banderas egipcias y las consignas contra los dirigentes castrenses se unieron las críticas a los partidos políticos, cómplices para muchos de la actual situación.
Una amplia pancarta recogía, bajo el título “Reglas de la plaza de la revolución egipcia”, la prohibición de montar escenarios para mítines y de llevar símbolos partidistas.
Los días de la revolución se reviven en Egipto, no solo por el espíritu de Tahrir sino porque las tardías y vagas promesas de la cúpula militar recuerdan a las hechas entonces por Mubarak, que cayeron en saco roto.
El CSFA mencionó durante el encuentro la posibilidad de nombrar al ex jefe de la Agencia Internacional de la Energía Atómica (AIEA), Mohamed El Baradei, como nuevo primer ministro, afirmó una fuente castrense, pero esta hipótesis no está confirmada.
Los Hermanos Musulmanes, que representan la fuerza política mejor organizada del país, boicotearon la manifestación del martes en Tahrir y pidieron calma, deseosos de que nada impida celebrar los comicios el 28 de noviembre, teniendo en cuenta que consideran que parten con ventaja.
Ante la gravedad de la situación, la Bolsa de El Cairo cerró con una pérdida de 4.77%.
Estados Unidos condenó “el uso excesivo de la fuerza” por la policía egipcia y reclamó al gobierno que proteja el derecho de manifestación.
Son los actores de la nueva crisis egipcia
La nueva crisis que vive Egipto, tras la caída del dictador Hosni Mubarak, está encabezada por los siguientes grupos:
Los hermanos musulmanes
Los islamistas fueron prohibidos durante el régimen de Hosni Mubarak, pero hoy son considerados la mayor fuerza opositora. En su programa, defienden la creación de un Estado islámico sobre los fundamentos de la legislación islámica, la Sharia. En la crisis actual, sin embargo, pasaron a un segundo plano. Anunciaron que no quieren participar en más protestas y se mostraron dispuestos a dialogar con la cúpula militar. Sin embargo, ese comportamiento no es compartido por los jóvenes de la organización.
Los salafistas
Más radicales que los Hermanos Musulmanes, los salafistas anunciaron su participación en las protestas contra el Consejo Supremo de las Fuerzas Armadas que gobierna el país. Los salafistas provocaron titulares tras la caída del régimen por ataques a algunos negocios que vendían alcohol y a santuarios sufíes alegando que eran contrarios a la práctica islámica. Recientemente, el partido Al Nour fue objeto de polémica porque cambió un cartel electoral con la imagen de una candidata por el de una flor.
El movimiento juvenil
Es uno de los convocantes de las protestas, como ya hiciera durante la “primavera árabe”. En este movimiento comprende al grupo 6 de Abril. La iniciativa es muy activa sobre todo en la red social Facebook.
Las fuerzas seculares
Partidos socialistas y liberales participan también en la protesta. El Nobel de la Paz Mohamed el Baradei declaró su simpatía por los manifestantes y exigió un gobierno de transición civil. El ex secretario general de la Liga Árabe, Amre Mussa, exigió un calendario para la celebración de elecciones presidenciales, pero advirtió en contra de una retirada anticipada del consejo militar. Mussa es también candidato a ocupar la presidencia del país. El Baradei también se mostró dispuesto a asumir una importante tarea.
El ejército
La indignación se dirige ahora sobre todo contra el Consejo Militar de las Fuerzas Armadas del mariscal Muhamed Husein Tantaui. Los manifestantes acusan a los generales de no ceder el poder según lo prometido. También protestan por el borrador de las previstas bases constitucionales formladas por el vicejefe del gobierno Ali al Selmi que prevén la superioridad del ejército sobre el Parlamento y la autonomía militar garantizada. .
La policía
Era muy odiada en la era Mubarak. Las fuerzas de seguridad son consideradas corruptas y brutales. También se acusa a la policía en las protestas actuales de actuar de forma desproporcionada contra los manifestantes. El movimiento juvenil exige una reestructuración