miércoles, 18 de mayo de 2011

El presidente de Guatemala lanza cacería de Zetas

NOTICIA-INTERNACIONAL/ALTAR AL DIA


SAN BENITO, Guatemala.— El gobierno de Guatemala decretó la noche ayer el estado de sitio por 30 días en la provincia de El Petén, donde el fin de semana 29 campesinos fueron asesinados en una finca por presuntos integrantes del cártel de Los Zetas, y emprendió una búsqueda de los homicidas casa por casa.
Tropas del ejército guatemalteco cercaron ayer el selvático departamento de Petén, cuna de la antigua cultura maya, mientras las autoridades recomendaron suspender toda actividad escolar, comercial y turística por la zona.
El presidente Álvaro Colom supervisó personalmente a cientos de soldados y policías, mientras las escuelas y los negocios cerraron en la aterrada localidad, donde han quedado prohibidas las manifestaciones públicas.
“El estado de sitio restringiría derechos y garantías individuales y faculta a la policía y el ejército a realizar chequeos sin orden judicial”, expuso a Excélsior Carlos Rímola, consejero legal de la municipalidad de Guatemala.
“Esto sucede cuando hay actividades terroristas o de rebelión con uso de violencia, secuestros, incendios, actos de sabotaje, así como cuando hechos graves ponen en peligro el orden constitucional, agregó.
El decreto de estado de sitio también establece que el Ejército es ahora el que coordina las acciones y no la Policía, asimismo está prohibida la portación de armas de fuego con el objetivo de restablecer el orden y la seguridad pública para facilitar los operativos contra la banda del crimen organizado que ultimó a los campesinos
Las fuerzas de seguridad montaron puestos de registro en carreteras y calles de los municipios de Santa Elena y San Benito, unos 520 kilómetros al norte de la capital.
Colom llegó a la región para dirigir las operaciones encaminadas a erradicar a los miembros del cártel mexicano de Los Zetas, al que las autoridades responsabilizan de la matanza.
“Fue un salvajismo total”, dijo Colom. “Esta pobre gente eran jornaleros. No se encontraron evidencias de armas, sólo eran labriegos que acababan de llegar del oriente del país’’.
La masacre fue cometida la madrugada del domingo en el poblado Caserío La Bomba en la provincia del Petén, cerca de la frontera con México, dijo el vocero de la Policía Nacional Civil, Donald González. Entre los muertos había dos niños y dos mujeres.
Ésta es una de las peores masacres en Guatemala desde que terminó en 1996 la guerra civil de 36 años en el país.
Ven firma de kaibiles
El presidente Colom reconoció que ex militares guatemaltecos llamados kaibiles (vinculados a las atrocidades cometidas contra la población civil durante el conflicto armado interno) podrían haber intervenido en la matanza.
“Podría haber personajes (militares) de estos macabros” (involucrados en la matanza), dijo Colom, al mismo tiempo de prometer: “lo vamos a saber”.
El mandatario explicó que un detenido el lunes tras un enfrentamiento con Los Zetas era un ex sargento mayor del Ejército de Guatemala. “Se está verificando en qué época fue militar y en qué unidades estuvo”, informó.
Detalló que tras el cese del conflicto armado y firma de los Acuerdos de Paz, en 1996, hubo “mucha migración de ex oficiales de la década de los ochenta a Los Zetas”.
Una mujer sobreviviente a la matanza relató a medios locales que el grupo armado que llegó a la finca para dar muerte a los trabajadores obedecía órdenes de un hombre al que llamaban Kaibil.
La mujer no fue asesinada junto a su esposo —una de las 29 víctimas — por su embarazo de siete meses.
Los Zetas han sido responsabilizados por dos recientes masacres en México: más de 200 cadáveres hallados en tumbas colectivas en Durango y la matanza de 72 inmigrantes en agosto pasado, en Tamaulipas.
Los cárteles mexicanos se han establecido en varias partes de Centroamérica, una región donde la corrupción impera, las fronteras carecen de controles migratorios y las bandas locales aportan infraestructura al crimen organizado.
El Reporte Mundial de Drogas de la ONU de 2010 señaló que Los Zetas y el cártel de Sinaloa tienen intereses en el Petén y podrían estar compitiendo por territorios y por el uso de pequeñas pistas aéreas cerca de la frontera