ARGENTINA.- Vaya que se calentaron los ánimos en este partido.
No aguantaron la decisión arbitral y desahogaron su ira en contra de los colegiados.
Una falta y una expulsión en contra significaron el estallido de todo un equipo.
Primero, uno de los jugadores encaró al árbitro y uno de sus compañeros se encargó de iniciar la orquesta de golpes.
Uno de los impactos lo llevó al suelo.
Sus asistentes salieron a su defensa, pero también la llevaron. Fueron víctimas de la furia de unos jugadores que no supieron guardar la compostura.
Pero hasta eso, aventaban golpes a diestra y siniestra, pero no lograban dar con el objetivo, tras la defensa de los asistentes arbitrales.
Esto sucedió el pasado fin de semana en un partido del futbol argentino que disputaban los equipos Juventud Católica ante Deportivo Laguna Larga.