NOTICIA-NACIONAL/ALTAR AL DIA
CIUDAD DE MÉXICO.- Desde 2006, el Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE) ha recibido, por parte del gobierno federal, 31 mil 960 millones de pesos para el conjunto de sus prerrogativas, programas y privilegios.
Esta cantidad es incluso mayor a las pérdidas totales por robo de energía que cada año padece la Comisión Federal de Electricidad. Supera también al valor total de la producción agrícola de Michoacán, y duplica lo que Hacienda devolverá por deducción en pago de colegiaturas.
Pese a esto, las mayores ganancias del SNTE, liderado por Elba Esther Gordillo, son del orden político y permanecen escondidas, según ex funcionarios y analistas del sector educativo.
Las pláticas de cada año son “una negociación corporativa; lo central es un intercambio de beneficios y de ventajas que se desconocen”, explica Olac Fuentes, subsecretario de Educación en el sexenio de Ernesto Zedillo.
“Sabemos que se negocian otros puntos fuera del ámbito educativo”, abunda Ángel Díaz Barriga, doctor en pedagogía del Instituto de Investigaciones sobre la Universidad y la Educación.
“Su negociación busca lograr y manifestar su poder, imponerse, mostrar los tentáculos que tiene este sindicato”, afirma.
Tienen negociaciones de SNTE raja política
En los últimos seis años, el Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE) ha obtenido 26 mil 400 millones de pesos que, sumados a lo conseguido en la negociación salarial de 2011, acumula un total de 31 mil 960.2 millones de pesos.
Esta cantidad equivale a 2.46 veces lo que el gobierno federal dejará de percibir por la deducción de colegiaturas de educación básica y es apenas dos mil millones de pesos menor a las pérdidas anuales de la CFE por robo de luz, por medio de diablitos.
Para expertos en educación y ex funcionarios de la SEP, las verdaderas ganancias obtenidas por Elba Esther Gordillo Morales y su cúpula sindical no son sólo económicas, sino políticas.
“Lo dado a conocer es una fachada para decir que se atienden condiciones laborales de maestros. En la práctica sabemos que se negocian otros puntos fuera del ámbito educativo”, asevera Ángel Díaz Barriga, doctor en pedagogía adscrito al Instituto de Investigaciones sobre la Universidad y la Educación (IISUE).
“Su negociación tiene un carácter de lograr y manifestar su poder, de imponerse, de mostrar los tentáculos que tiene este sindicato”, señala el investigador.
La lógica de la presidente del SNTE es una: ver cómo doblega a la autoridad. La educación, asegura Díaz Barriga, es lo que menos le importa y mejorar las condiciones laborales de los maestros no es la prioridad de estos encuentros.
“Es una negociación corporativa entre el gobierno y los dirigentes del SNTE; lo central es un intercambio de beneficios y de ventajas que se desconocen”, puntualiza Olac Fuentes, subsecretario de Educación Básica en el sexenio de Ernesto Zedillo.
En cada negociación salarial quien marca la pauta, fija los tiempos y logra más de lo que el gobierno consideraba dar es la cúpula del sindicato, asegura el académico de educación y comunicación de la UAM, Carlos Ornelas.
Su éxito radica en dos puntos: el chantaje y la amenaza, dice.
La maestra Gordillo puede hacer declaraciones públicas “estridentes” que van directo a la yugular de los altos funcionarios hasta el grado de lograr la destitución de “sus non gratos”, como ocurrió con la entonces titular de la SEP, Josefina Vázquez Mota, hace poco más de dos años.
En enero de cada año comienza el misterio. El sindicato de maestros entrega a la dependencia el llamado pliego negro, nombrado así por los adversarios de Gordillo, el cual no conocen ni los agremiados.
Desde entonces y hasta poco antes de conmemorar el Día del Maestro hay un “estira y afloja” entre la cúpula sindical y el titular de la SEP en turno.
El documento se atesora y mantiene en secreto, al igual que las negociaciones.
Tanto el SNTE como la SEP acostumbran guardar silencio sobre el tema; “vamos bien”, “estamos avanzando”, es lo más que suelen decir cada año cuando se les pregunta al respecto.
Esta transacción posee la característica de hacerse con absoluta discreción, cambiando de sedes, durante las madrugadas o fines de semana, que pueden prolongarse por más de 12 horas o romperse en segundos por instrucciones de la maestra Gordillo.
La información precisa de sus reuniones y de lo que el gremio pide no se transparenta al público; antes del 15 de mayo se emite un comunicado conjunto de los acuerdos, pero la verdadera ganancia se queda en lo oscurito.
Los Beneficios
Algunos beneficios que el SNTE ha obtenido son donaciones, traspasos o comodatos, como lo documenta el analista político Ricardo Raphael:
En el libro Los socios de Elba Esther refiere que durante el gobierno de Salinas de Gortari el SNTE recibió dos mil 800 millones de pesos en bienes inmuebles provenientes de los gobiernos federal y estatales.
“Entre esas propiedades pueden contarse las modernas instalaciones que ese sindicato tiene en el Portal del Sol en Santa Fe y la Biblioteca del Maestro —ambas localizadas en la Ciudad de México—, así como varios hoteles y centros de descanso para los docentes”, relata en la investigación publicada en 2007.
Carlos Muñoz Izquierdo, académico del Instituto de Investigaciones para el Desarrollo de la Educación de la Universidad Iberoamericana, señala que más allá de buscar beneficios para los docentes, la maestra Elba Esther Gordillo muestra la fuerza que tiene para evitar el estallido de graves conflictos magisteriales.
El gobierno de Felipe Calderón, comenta Muñoz Izquierdo, se ha visto obligado a ceder en demandas ocultas, pero de nada le ha servido, porque en esta reciente negociación el SNTE reveló que “el otorgamiento de estos beneficios no se traducen en el claro apoyo político, pues el sindicato ha preferido aliarse con partidos opositores”.
Esto es ejemplo, expone Olac Fuentes, de que más allá de ser una organización sindical que atiende las necesidades de los maestros, Elba Esther funge como actor político que se mueve también mediante la operación del Partido Nueva Alianza